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Mensaje de bendición...

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DIOS TE AMA...

CUENTO PARA REFLEXIONAR SOBRE LA VIDA Y CUANDO LOS HIJOS ABREN SUS ALAS PARA EMPRENDER EL VUELO...


Este cuento se refiere a un hombre joven cuyo hijo había nacido recientemente y era la primera vez que sentía la experiencia de ser papá.
A este personaje lo llamaremos Alberto y en su corazón reinaban la alegría y los sentimientos de amor que brotaban a raudales dentro de su ser.
Un buen día le dieron ganas de entrar en contacto con la naturaleza, pues a partir del nacimiento de su bebé todo lo veía hermoso y aun el ruido de una hoja al caer le sonaba a notas musicales.
Así fue que decidió ir a un bosque; quería oír el canto de los pájaros y
disfrutar toda la belleza.
Caminaba plácidamente respirando la humedad que hay en estos lugares, cuando de repente vio posada en una rama a un águila que lo sorprendió por la belleza de su plumaje.
El águila también había tenido la alegría de recibir a sus polluelos y tenía
como objetivo llegar hasta el río más cercano, capturar un pez y llevarlo a su nido como alimento; pues significaba una responsabilidad muy grande criar y formar a sus aguiluchos para enfrentar los retos que la vida ofrece.
El águila al notar la presencia de Alberto lo miró fijamente y le preguntó: "¿A dónde te diriges buen hombre? Veo en tus ojos la alegría" por lo que Alberto le contestó: "es que ha nacido mi hijo y he venido al bosque a disfrutar, pero me siento un poco confundido".
El águila insistió: "Oye, ¿y qué piensas hacer con tu hijo?".
Alberto le contestó: “Ah, pues ahora y desde ahora, siempre lo voy a proteger, le daré de comer y jamás permitiré que pase frío. Yo me encargaré de que tenga todo lo que necesite, y día con día yo seré quien lo cubra de las inclemencias del tiempo; lo defenderé de los enemigos que pueda tener y nunca dejaré que pase situaciones difíciles”.
“No permitiré que mi hijo pase necesidades como yo las pasé, nunca dejaré que eso suceda, porque para eso estoy aquí, para que él nunca se esfuerce por nada”.
Y para finalizar agregó: "Yo como su padre, seré fuerte como un oso, y con la potencia de mis brazos lo rodearé, lo abrazaré y nunca dejaré que nada ni nadie lo perturbe".
El águila no salía de su asombro, atónita lo escuchaba y no daba crédito a lo que había oído. Entonces, respirando muy hondo y sacudiendo su enorme plumaje, lo miró fijamente y dijo:
"Escúchame bien buen hombre. Cuando recibí el mandato de la naturaleza para empollar mis hijos, también recibí el mandato de construir mi nido, un nido confortable, seguro, a buen resguardo de los depredadores, pero también le he puesto ramas con muchas espinas ¿y sabes por qué? porque aún cuando estas espinas están cubiertas por plumas, algún día, cuando mis polluelos hayan emplumado y sean fuertes para volar, haré desaparecer todo este confort, y ellos ya no podrán habitar sobre las espinas, eso les obligará a construir su propio nido”.
“Todo el valle será para ellos, siempre y cuando realicen su propio
esfuerzo para conquistarlo con todo, sus montañas, sus ríos llenos de peces y praderas llenas de conejos”.
“Si yo los abrazara como un oso, reprimiría sus aspiraciones y deseos de ser ellos mismos, destruiría irremisiblemente su individualidad y haría de ellos individuos indolentes, sin ánimo de luchar, ni alegría de vivir”.
“Tarde que temprano lloraría mi error, pues ver a mis aguiluchos convertidos en ridículos representantes de su especie me llenaría de remordimiento y gran vergüenza, pues tendría que cosechar la impertinencia de mis actos, viendo a mi descendencia imposibilitada para tener sus propios triunfos, fracasos y errores, porque yo quise resolver todos sus problemas”.
"Yo, amigo mío", continuó el águila, “podría jurarte que después de Dios he de amar a mis hijos por sobre todas las cosas, pero también he de prometer que nunca seré su cómplice en la superficialidad de su inmadurez, he de entender su juventud, pero no participaré de sus excesos, me he de esmerar en conocer sus cualidades, pero también sus defectos y nunca permitiré que abusen de mí en aras de este amor que les profeso".
El águila calló y Alberto no supo qué decir, pues seguía confundido, y mientras entraba en una profunda reflexión, ésta, con gran majestuosidad levantó el vuelo y se perdió en el horizonte.
Alberto empezó a caminar mientras miraba fijamente el follaje seco disperso en el suelo, sólo pensaba en lo equivocado que estaba y el terrible error que iba a cometer al darle a su hijo el abrazo del oso.
Reconfortado, siguió caminando, solo pensaba en llegar a casa, con amor abrazar a su bebé, pensando que abrazarlo solo sería por segundos, ya que el pequeño empezaba a tener la necesidad de su propia libertad para mover piernas y brazos, sin que ningún oso protector se lo impidiera.
A partir de ese día, Alberto empezó a prepararse para ser el mejor de los padres.
Desde el momento de la concepción de un hijo llegan las preocupaciones para los padres. Con el paso del tiempo, estas se transforman, ajustándose a cada etapa de sus vidas. Todos los momentos son de invaluable importancia. Por eso, es necesario crecer con ellos, porque a ser padre nadie aprende antes de serlo. 
Hay un momento en que un hijo está listo y preparado para asumir por sí mismo la vida, pero muchas veces, como padre, no aportas a ese proceso, sino que, con tus temores y sin intención, le cortas las alas y no le permites volar lo alto que puede llegar.
Todas las etapas de la vida para ti y para tus hijos son necesarias y traen consigo grandes tesoros que los enriquecen...Una etapa de gran importancia para el crecimiento de los hijos es cuando abren sus alas buscando nuevos senderos de vida...
Los padres deben apoyarlos en sus nuevas etapas, sin cortarles las alas...

PENSAMIENTO REFLEXIVO DE FE, PARA MANTENER LA FE Y ESPERANZA VIVA EN NIÑOS Y ADOLESCENTES...MÁS UNA RECETA DE FELICIDAD PARA TI.

Dios ama a los niños como tu, porque saben de amor...de bondad, de inocencia, 
de humildad, de sinceridad, su verdad e ingenuidad traen paz al corazón y su sonrisa...trae felicidad interior...
El pequeño Roberto asistía a la primaria y la maestra les encargó una tarea:
"Investigan que es la fe en Dios¨...Intrigado de regreso a casa le preguntó a 
su tío..."¿Qué es la fe en Dios?. Me la dejaron de tarea en la escuela".
Con una amplia sonrisa, su tío le respondió: 
“¿En verdad quieres saber lo que es la fe en Dios?”. “Si”, respondió Roberto.
Bien, vamos a la playa y te lo enseñaré.
Roberto vivía en las paradisíacas playas de Cancún.
Una vez que llegaron, le entregó el chaleco salvavidas 
y las aletas.
“Pero yo no se nadar” dijo Roberto.
“Lo se”, le dijo el tío, “póntelos de todas maneras”.
Lo hizo.
“Ahora, comienza a caminar hacia el mar de espaldas. 
Llegará un momento en el que sentirás que tus pies no 
tocan tierra. Déjate ir y arrójate de espaldas. No te hundirás, 
ya que el chaleco te hará flotar”.
Roberto estaba aterrado “No tío, no quiero”.
“¡Hazlo!” Le respondió “Estaré junto a ti para que no temas. 
Así que tranquilo”.
Roberto confió en su tío. Mientras caminaba de espaldas llegó 
un momento en el que sintió que no tocaba tierra. Dudó. 
Pero recordó las palabras de su tío, aparte de que lo tenía cerca.
En un acto de valor, dio el siguiente paso ¡Ya no tocaba tierra! 
Sin embargo, flotó en el mar gracias al chaleco. 
Se sintió emocionado ante la experiencia y feliz.
Ambos salieron del mar. Camino a casa, su tío le explico:
“En esto consiste la fe en Dios: el mar representa la vida. 
Yo represento a Dios y el chaleco representa la fe. 
Cuando te adentres en el mar de la vida y sientas que la lógica 
no puede ayudarte a salir a flote de tus problemas, hasta perder 
piso, debes creer que el chaleco de la fe te salvará. 
Dios estará siempre cerca de ti, pero depende de que te atrevas a 
dar el primer paso de confiar en EL, vistiéndote el chaleco de la fe 
y arrojándote con el, para que puedas flotar en el mar de la vida con 
total paz y tranquilidad”.
Roberto quedó maravillado con la explicación de su tío y le dio las 
gracias. Cabe mencionar que la maestra quedó impresionada con la 
tarea y sacó la nota más alta de la clase.
  Edgar Martínez
AQUÍ VA UNA RECETA DE FELICIDAD A TU VIDA...
INGREDIENTES:
1 Kilogramo de recuerdos infantiles.
2 Tazas de sonrisas.
2.5 Kilogramos de esperanza.
100 Gramos de ternura.
5 Latas de cariño.
40 Paquetes de alegría.
1 Pizca de locura.
8 Kilogramos de amor.
5 Kilogramos de paciencia.

MODO DE PREPARACIÓN:
1) Limpia los recuerdos, quitándoles las partes que estén echadas a perder o que no sirvan. Agrégale una a una las sonrisas, hasta formar una pasta suave y dulce.
2) Ahora, añade las esperanzas y permite que repose, hasta que doble su tamaño.
3) Lava con agua cada uno de los paquetes de alegría, pártelos en pequeños pedacitos y mezcla con todo el cariño que encuentres.
4) Aparte, incorpora la paciencia, la pizca de locura y la ternura cernida.
5) Divide en porciones iguales todo el amor y cúbrelos con la mezcla anterior.
6) Hornéalas durante toda tu vida en el horno de tu corazón.
7) Disfrútalas siempre con tu familia... con el sabor de lo nuestro.
Consejo: Puedes agregar a la mezcla anterior dos cucharadas de comprensión 
y 300 gramos de comunicación, para que esta receta te dure para siempre.

Felicidades y bendiciones a todos los niños que están por nacer y a todos los 
niños del mundo...les deseo que vivan con amor y paz ..